2 El año séptimo de Jehú comenzó a reinar Joás y reinó cuarenta años
en Jerusalén; el nombre de su madre era Sibía de Berseba.
3 Joás hizo lo recto a los ojos de Yahveh todos los días, porque
el
sacerdote Yehoyadá le había instruido.
4 Sólo que los altos no desaparecieron y el pueblo siguió ofreciendo
sacrificios y quemando incienso en los altos.
5 Joás dijo a los sacerdotes: «Todo el dinero de las ofrendas sagradas
que ha entrado en la Casa de Yahveh, el dinero de las tasas personales, todo
el dinero que ofrece el corazón de cada uno a la Casa de Yahveh,
6 lo tomarán los sacerdotes, cada uno en el círculo de sus amistades, y
ellos proveerán a las reparaciones de la Casa, en todo lo que deba
ser
reparado».
7 Pero en el año veintitrés del rey Joás los sacerdotes no habían hecho
las reparaciones de la Casa.
8 Llamó entonces el rey Joás al sacerdote Yehoyadá y a los sacerdotes
y les dijo: «¿Por qué no hacéis las reparaciones de la Casa? Así
que no
recibiréis el dinero de vuestras amistades, sino que lo daréis para
la
reparación de la Casa.»
9 Los sacerdotes consintieron en no tomar dinero del pueblo ni hacer
reparaciones en la Casa.
10 El sacerdote Yehoyadá tomó un cofre, hizo un agujero en la tapa y
lo puso junto a la estela, a la derecha según se entra en la Casa de Yahveh, y
los sacerdotes que custodiaban el umbral depositaban en él todo el dinero
ofrecido a la Casa de Yahveh.
11 Cuando veían que había mucha plata en el cofre subía el secretario
del rey y el sumo sacerdote, se fundía, y se contaba la plata que se hallaba
en la Casa de Yahveh.
12 Entregaban el dinero contado en manos de los que hacían el
trabajo, los encargados de la Casa de Yahveh; éstos lo empleaban en
los
carpinteros y constructores que trabajaban en la Casa de Yahveh,
13 los albañiles y canteros, para comprar maderas y piedra de cantería
para hacer reparaciones en la Casa de Yahveh y para cuanto había que
reparar en la Casa.
14 Pero no se hacían para la Casa de Yahveh ni fuentes de plata, ni
cuchillos, ni acetres, ni trompetas, ni objetos de oro o plata con el dinero
ofrecido a la Casa de Yahveh,
15 sino que se daba a los que hacían el trabajo de las reparaciones de
la Casa de Yahveh.
16 No se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el
dinero para que lo dieran a los que hacían el trabajo, porque trabajaban con
fidelidad.
17 El dinero por la expiación y el dinero por el pecado no era
entregado a la Casa de Yahveh; era para los sacerdotes.